Cuando el otro es Otro
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Cuando el otro es Otro

El cine fantástico llevó a la pantalla la inquietante extrañeza de saber que alguien familiar y próximo se ha convertido en un extraño. En The invasión of the Body Snatchers (1956) una insidiosa invasión extraterrestre sustituye a cada uno de los miembros de la comunidad por un duplicado perfecto. Así, una mujer siente la siniestra sospecha de que el hombre con quien vive es otro, a pesar de que su cuerpo es el mismo. La industria cinematográfica ha dado varias versiones del mismo tema en 1978, 1993 y 2007.

El canto XXXIII de La Divina Comedia nos ofrece una versión más profunda del tema y, aunque sorprenda, más cercana a la realidad. Expone la idea de que un alma que habita en el infierno puede corresponder a una persona que todavía no ha muerto. El pecado hace que el espíritu del desdichado descienda a la oscuridad mientras un demonio ocupa su lugar en la tierra. Los conocidos de esa persona siguen tratando con ella sin saber que el diablo la habita. El pecado opera en el sujeto una metamorfosis radical, aunque sea difícilmente perceptible. Vive en el infierno y no lo sabemos.

Se engañará quien piense que hacen falta extraterrestres y demonios para experimentar lo siniestro que conlleva la alienación del otro cuando éste muestra un deseo que nos deja caer. Eso mismo es, al fin y al cabo, lo que le pasa a Dora con su padre. O lo que nos pasa a todos cuando una máscara es arrancada.

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