El Clan (Trapero, 2015): Sobre el tipo libidinal narcisista
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El Clan (Trapero, 2015): Sobre el tipo libidinal narcisista

La figura de Arquímedes Puccio que dibuja la película de trapero interesa como paradigma de lo que Freud llamó el tipo libidinal narcisista. Si no habló de psicopatía, se ocupó de una posición subjetiva que establece lazos muy particulares con los otros, signados por el sometimiento y la inhibición para descubrir lo que se esconde tras la máscara de la que es portador. La Psicología de las masas afirma que la hipnosis sigue siendo un fenómeno misterioso, siniestro (unheimlich) y “místico” (mystisch), que provoca en la víctima una parálisis similar a la que el terror produce en los animales. Se recuerda que en todo efecto de masa hay una resurrección –Wiederaufleben- de la horda primordial y de su padre siniestro, que Freud describe como “narcisista”.

¿Qué lo caracteriza? Es importante detenerse en el enfoque estructural y lógico de este tipo libidinal. No basta ser un criminal, un déspota, un autoritario, un canalla o un estafador para pertenecer a este perfil subjetivo. Sus rasgos, dice Freud, son esencialmente negativos: se define mucho más por lo que no hallamos en él que por lo que podamos llegar a encontrar. No siente culpa, y no siente amor. No se quiebra ante el Super-yo. No se quiebra ante el Ello. No se quiebra ni ante la ley, ni ante el deseo. No se quiebra ante la ley del deseo. Es un hombre de acción. Es independiente, incapaz de transferencia y difícil de intimidar. Freud destaca cierta disposición a la psicosis o a la acción criminal. Pero lo notable es que también advierte que estas personas sirven de apoyo para otros: son conductores que dictan su propia ley y también la dictan a los demás.

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